martes, 24 de julio de 2012

Recortes ideológicos en el derecho a la Interrupción Voluntaria del Embarazo



Hace un tiempo, no demasiado, escribía sobre unas declaraciones del Ministro de Justicia, Alberto Ruíz-Gallardón en las que vinculaba la maternidad a la formación de auténticas mujeres. A su vez, el citado miembro del Gabinete de Mariano Rajoy venía criticando la supuesta presión social sobre las mujeres a interrumpir los embarazos. Con todo ello en vez de estudiar esas situaciones (y comprobar primeramente si existen) se dedican a predicar que van a mermar la libertad individual impidiendo a las mujeres decidir sobre su embarazo.

"La interrupción voluntaria del embarazo no es un capricho, es un derecho conquistado por la sociedad española del que poder hacer uso sin reprimendas ni presiones "

Recordemos que la regulación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo cambió en 2010 bajo el Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero para asemejarse a la de la mayoría de países europeos, con el objetivo último de garantizar la libertad y seguridad de las mujeres y los y las profesionales de la salud.

Fueron momentos de fuertes ataques hacía el Gobierno por parte del Partido Popular, bajo el paraguas de unas reivindicaciones que olvidaban ante todo la libertad de las mujeres. Porqué si algo promueve la Ley es la salud sexual y reproductiva y la información que permita elegir: ninguna mujer es obligada a tomar una decisión u otra. 

La reforma de la Ley IVE que están promoviendo a golpe de declaraciones y sin mayor fundamento nos traslada a una legislación anterior a la de 1985

Ahora la polémica recae en unas nuevas declaraciones del Sr. Gallardón en las que explicitan que pretenden prohibir la interrupción del embarazo aún en casos de malformaciones en el feto. Conociendo las tácticas de comunicación del Gobierno, seguramente dentro de poco volvamos a asistir a un capítulo más de esta novela con tintes populistas y retrógrados que es la gestión del Gobierno de Rajoy: quizá lo próximo sea poner en riesgo la salud de las madres. 

Una acción que no solo no ofrece confianza en tiempos difíciles, sino que resta de toda  credibilidad para ofrecer alguna mejora a la sociedad española. La reforma de la Ley IVE que están promoviendo a golpe de declaraciones y sin mayor fundamento nos traslada a una legislación anterior a la de 1985, poco acorde con los países con mayor desarrollo en derechos civiles y sociales.

Acabar con los derechos de las mujeres es una opción ideológica, aunque cuando nos hablan de los recortes que están imponiendo dicen que se trata de una obligación puramente económica.

Ciertamente es inexplicable que hablen de fomentar la libertad de las mujeres, promoviendo (u obligando) a seguir con su embarazo, y sin embargo acaben poco a poco con la Ley de Dependencia que ofrecía opciones para que el cuidado a personas con dependencia no sea un asunto privado y reciba la atención necesaria y gratuita por parte del Estado.

De la misma manera eliminar la cotización a personas cuidadoras (generalmente mujeres) que dedican su trabajo diario en cuidar a familiares es algo ruin, pero va más allá del problema puramente económico y entra en el terreno de la dignidad (esos recortes implican restar importancia a los cuidados, y con ellos a las mujeres)

Así, aplicar el copago en sanidad con las dificultades socioeconómicas que conlleva y dejando más vulnerables a quienes menos tienen no parece una medida encaminada a ofrecer mayores cotas de libertad y progreso personal. 

Obviamente, en esos recortes no han aplicado la perspectiva de género, como tampoco lo han hecho a la hora de valorar su reforma laboral, que precariza aún más el mercado laboral y dificulta la conciliación laboral. Para el actual Gobierno promover esa reforma injusta no es propaganda, pero si lo es sensibilizar unos valores de igualdad, nuevas masculinidades y la lucha contra la violencia de género.

Todo ello demuestra, y solo en una pequeña parte, como la igualdad de mujeres y hombres no es una prioridad para este Gobierno. Pero afortundamante hay alternativas, incluso para sus pretendidos objetivos...

¿Quieren facilitar la maternidad, y la paternidad?
  • Pueden hacerlo si ofrecen apoyo del Estado, y no solo económico. Si algo tiene que cambiar que lo haga toda la sociedad:
  • si quieren ampliar la tasa de nacimientos no dejemos a nadie exento de asistencia social, ofrezcamos servicios universales de cuidados a todos los tipos de familias.
  • No encasillemos a nadie en ningún papel, respetemos la diversidad de mujeres en sus decisiones de ser o no madres.
  • Fomentemos también una paternidad activa, luchadora y con facilidades sociales-laborales.
  • No dejemos de nuevo los cuidados a menores y personas dependientes como un asunto puramente privado y propio de las mujeres.
  • Sigamos promoviendo la educación en valores, mejorando la información para las relaciones afectivo-sexuales, sensibilizando en el respeto, tolerancia y una buena salud sexual y reproductiva.

El Gobierno tiene muchas acciones a elegir, y sí, también con las actuales dificultades económicas. Pero solo si hacen de sus objetivos la igualdad, la libertad y la justicia social. Las mujeres tienen derecho a decidir y nadie debe hacerlo por ellas. ¿Con que tipo legitimidad pretende hacerlo un Gobierno que además las ataca en cada una de las acciones que emprende?

La interrupción voluntaria del embarazo no es un capricho, es un derecho conquistado por la sociedad española del que poder hacer uso sin reprimendas ni presiones. Si lo desean, fomentemos la maternidad, pero no a costa de las mujeres. No en detrimento de su libertad y sus derechos sexuales y reproductivos.

Rubén Castro Torres

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