sábado, 29 de noviembre de 2008

La educación pública: por un modelo de integración, modernidad y participación.

En estos tiempos, se habla de muchas crisis de valores, incluso de legitimidad: en educación, en trabajo, etc. Quisiera centrarme en la formación, como pilar básico para la emancipación de los individuos, como método para adaptarse a la sociedad en la que vivimos. Creo que el debate está en el papel que la Escuela y del Instituto juegan hoy en día. Hablamos de la institución pública que forma ciudadanos y ciudadanas, que es modelo de integración de los recién llegados a un territorio. Pero lo cierto es que la legitimidad de ésta institución en ocasiones está en entredicho, no solo por los continuos vaivenes de causa política que ha sufrido en la historia, sino por la dificultad en adaptarse a la evolución de la sociedad y sus costumbres.

Dicha autoridad ha ido menguando paralelamente al envejecimiento del modelo educativo, hasta situarse en algunos ámbitos en algo ajeno a la sociedad. Por ello, no olvidemos que es en la escolarización cuando se ha de empezar a desarrollar el sentido crítico, las ideas, conocimientos y valores que permiten que todos y todas nos adaptemos al medio en que hemos de vivir. Es decir, que nos integremos en una estructura en la que hemos de ser miembros activos desde antes incluso de adquirir lo que se reconoce como mayoría de edad. Incluso a veces se ha echado en falta una mayor formación para la defensa de los derechos como trabajadores, como usuarios, incluso como ciudadanos. En definitiva, para pasar del entorno educativo y familiar al mundo de la emancipación: a la cruel batalla por hacernos un hueco y conseguir un empleo estable y digno, por una vivienda aceptable, por defender unos valores que muchas veces se consideran contrarios a los de nuestros mayores.

No quisiera ser pesimista en mi opinión sobre nuestro sistema educativo, ya que tanto el profesorado como los responsables políticos en educación parece que han tomado buena nota de los problemas a los que se enfrentan. El cambio que se está realizando ha de permitir que la Escuela y el Instituto sea el lugar adecuado donde todos y todas los que forman parte se sientan aceptados y valorados. Esto va en contra, en gran parte, con las antiguas maneras de dar clases. Y aunque tal vez no sea el fin inmediato de la clase magistral, como aquella en que se transmite un discurso unidireccional-del profesor al alumno-, seguro que es el principio de una nueva era en que la participación y la experimentación directa por parte de los alumnos será una condición indispensable.

Son muchísimas las posibilidades de las nuevas tecnologías con tal de favorecer la adquisición de conocimientos, pero su atraso a la hora de incorporarse en el día a día de los centros educativos ha hecho que el distanciamiento entre estudiantes y la Escuela del que antes hablaba sea aún mayor. Y es que el error está cuando se entiende la informática, o más ampliamente, las Tecnologías de la Información y la Comunicación como un área aislada de las demás. La realidad nos demuestra que la mayoría de Institutos y colegios acumulan los ordenadores en aulas a parte de la que normalmente se realizan las clases, y por esto, solo se acude a utilizarlos en contadas ocasiones. El reto nuevamente está en asimilar las TIC como la herramienta transversal que ha de articular la educación a día de hoy. Mas del 80 % de los jóvenes accede regularmente a Internet, utiliza el ordenador para buscar información, para comunicarse, etc. ¿ Por que no debería ser lo mismo en los Institutos? No olvidemos los problemas que traen consigo los libros de texto: tanto por su actualización, que es lenta y costosa, como por el grave problema de salud que conllevan. Cuántos niños y niñas hemos visto con sus pesadas mochilas que dañan su espalda, o con el carrito de la compra a cuestas día tras día?

la sustitución de los libros de texto por material interactivo es a la larga la solución

Por otra parte hemos de contemplar el hecho de que tarde o temprano los libros de texto han de ser gratuitos para todas las personas y en todas las etapas obligatorias (plan que ya se está realizando en ciudades como Santa Coloma de Gramenet, en Barcelona). Así pues, hay que seguir invirtiendo en mejores infraestructuras y en contratar mas profesorado para disminuir las ratios de alumnos por aula y de ordenadores por alumno, y a la vez, seguir incidiendo en las campañas de reutilización de libros de texto (que sirven para alargar la vida útil del material didáctico y para enseñar a los estudiantes de la necesidad de compartir y cuidar el material). Aunque la sustitución de los libros de texto por material interactivo es a la larga la solución que ya esta en nuestro horizonte, no significa que vaya contra los intereses de las empresas editoriales ni distribuidoras, que deberán adaptarse también a esta nueva situación para crear los contenidos, de la misma manera que el profesorado tiene que hacer suyas todas estas nuevas herramientas que facilitarán su tarea: ordenadores, proyectores, pizarras interactivas, etc.

Des de hace tiempo la Generalitat de Catalunya, en concreto el Conseller Ernest Maragall, insiste en esta transición que ya se ha experimentado en algunos centros con grandes resultados, porque lo que no queda otra salida que seguir adelante con todos estos retos para el profesorado y expertos del ámbito, recordando que no lo hacen solos, sino junto al resto de la sociedad, de las familias, pero sobretodo de los alumnos como receptores de los conocimientos y procedimientos, y a la vez artífices de las reflexiones, ideas y valores a los que se ha de contribuir a crear, apreciarlos y debatirlos, pero no a eliminar ni variar sin argumento alguno.

Rubén Castro

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